Pocas veces en nuestras vidas podemos sentir orgullo de pertenecer a un lugar, a un sector, a una actividad.
A comienzos del 2013 los argentinos nos sentimos bendecidos con la gracia recibida con la designación de Francisco.
Hoy nos sentimos orgullosos de pertenecer a nuestra actividad al saber que uno de nosotros conduce los destinos de la Iglesia Católica.
A principios de diciembre, en una de las tantas visitas a parroquias romanas, nuestro Papa Francisco contó a sus feligreses que realizó toda clase de trabajos, desde limpiar pisos hasta auxiliar de laboratorio químico, como así también de “patovica”.
Según Catholic News, un matutino muy reconocido en Roma, de joven Francisco trabajó de custodio en un bar siendo uno de los tantos encargados en sacar a los que se pasan de copas. Con sus acostumbradas palabras cargadas de misericordia, el Santo Padre afirmaba que no sólo se debe ser bueno sino también ser un ejemplo para los demás.
Un 20 de abril de 2004 nace el Sindicato Único de Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia de la República Argentina (SUTCAPRA), con el objetivo de regularizar las condiciones laborales y sociales de los trabajadores que desempeñaban tareas de control y cuidado de los concurrentes en locales nocturnos, conocidos comúnmente como “patovicas”.
Afirmamos que la política, y en nuestro caso la actividad sindical, es el ámbito de la actividad humana por excelencia. En sí, la política tiene toda la nobleza que corresponde a una de las más elevadas actividades del hombre, e incluso puede dar ocasión de practicar lo que Pío XI llamaba la Caridad Política.
Caridad Política porque el dirigente católico al procurar a sus dirigidos el bienestar temporal pone en cierta manera las bases naturales de su destino trascendente, y así el que es conducido, sin enzarzarse en los bienes de la tierra, no pierde de vista su fin.
Cuando un dirigente se aboca a la consecución del Bien Común, no sólo cuida directamente de la felicidad terrena de sus conducidos sino que de algún modo facilita, aún cuando indirectamente, su salvación eterna.
Iluminar pues este campo tan virtuoso explica lo que se ha llamado la concepción católica de la política, basamento de nuestras acciones.
Es así que en el año 2005, se obtiene la inscripción gremial del Sindicato Único de Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia de la República Argentina (S.U.T.C.A.P.R.A.). Desde el año 2009 cuenta con Personería Gremial N° 1753. En el año 2008 se sanciona la Ley Nacional N° 26.370 que regulariza el Control de Admisión y Permanencia, creando entre otras cosas una capacitación especifica, un registro de trabajadores y empleadores. Actualmente los distintos gobiernos provinciales, con verdadero compromiso con la actividad y comprensión del estado de situación que vive el país, han tomado la decisión de adherir a la normativa vigente. SUTCAPRA fue desarrollando su trabajo en todo el territorio de la República Argentina, contando hoy con delegaciones provinciales en gran parte del país.
El estilo que Francisco nos anima y nos llena de esperanza. Como Papa, reafirma su vocación identificando su tarea pastoral al querer una Iglesia misionera, en las cercanías y sobretodo alegre y de puertas abiertas.
Reiteradamente Francisco nos alienta hacer extraordinario lo ordinario, nos dice: “Vayan, sin miedo, para servir”.
El Controlador debe, en todos los casos, mediar en los conflictos y lograr la resolución de los mismos en forma racional, controlada y jamás violenta, bregando siempre por la integridad de las personas. Parte de la solución es profesionalizar la actividad, dándoles un código ético o deontológico que debe servir de guía a todos los trabajadores, cuyo primer valor debe ser el respeto a la vida.